Para cambiar la conducta y poder crear nuevos hábitos o modificar conductas lo mejor es entender cómo funciona el cerebro en este aspecto. Para el cerebro, los procesos de automatización o hábitos son los que optimizan la productividad y la eficiencia. Un comportamiento se convierte en un hábito en el momento que existe una comprensión, automatización e interiorización de micro conductas que componen comportamientos, de tal forma que en este proceso se convierte la complejidad en un repertorio de nuestra conducta. No tenemos que pensar para ejecutar determinadas tareas, son automáticas.
Cuando una persona acomete un nuevo aprendizaje o conducta de algo nuevo, es normal que no sepa por dónde hay que empezar o cual es la secuencia de máxima eficiencia.
La distracción de nuestros sentidos influye en la capacidad de aprendizaje. La focalización y concentración en los procesos de aprendizaje refuerzan la autoeficacia personal y en la mejora de la percepción personal.
En un mundo en donde la tecnología forma parte de nuestra vida, el uso que se haga de ella será determinante a la hora de mejorar nuestros hábitos.
La tecnología es una aliada de la eficiencia y no tiene por qué ser nuestra enemiga. Depende del uso que haga de ella el resultado será uno u otro. En nuestras manos está la decisión de convertirlas en nuestro aliado.
El arte del cambio de hábitos o de rutina
Todo cambio de hábitos o rutinas, conllevan asociados cambios en los repertorios de respuestas y una reestructuración “mental” de los procesos de ejecución.
Generalmente una persona ante un desafío o cambio en su forma de actuar, puede querer cambiar y no saber cómo; puede querer y no poder; puede no querer y potencialmente ser capaz de cambiar o simplemente puede no querer cambiar ni saber cómo.
Lo importante, es ser consciente de las limitaciones y tener la firmeza de querer cambiar. Es a partir de ese momento cuando las limitaciones empiezan a desaparecer, especialmente si sabes las cosas que tienes que hacer para conseguir tus objetivos. ¿Cuántas veces en tu vida has pensado que era imposible y lo has conseguido?
Las limitaciones en el cambio están en nosotros mismos: la pereza, el qué dirán, el miedo al fracaso, la falta de preparación, la negatividad, etc.
Para cambiar es importante visualizar que es fundamental:
- Identificar qué quieres cambiar.
- Definir qué pasos tienes que dar para conseguirlo: las metas u objetivos.
- Ser capaz de medir el grado de consecución de tus metras o logros.
- Ser constante y tener determinación.
- No conseguir metas y objetivos forma parte del proceso de cambio
- Reforzar el éxito.
- Siempre mantener una actitud positiva y proactiva orientada al resultado.
Reconocer qué hábitos tengo que adquirir o cambiar porque me pueden estar perjudicando es el primer paso para cambiar.
Es muy importante tener la posibilidad de visualizarlos y la mejor forma para esto es identificarlos y escribirlos por pocos que sean, incluso si estamos hablando de un único objetivo.
Aunque obvio, es fundamental definir objetivos alcanzables, tener paciencia y ser constante. Focalizar la atención en un solo asunto hasta finalizarlo, ese debe ser uno de nuestros caballos de batalla. Saber focalizar para mejorar resultados.
Para cambiar los hábitos, es fundamental empezar a reprogramar nuestro comportamiento para actuar acorde a los condicionantes. Desaprender para aprender.
Una vez tomada la decisión de que quiero cambiar, lo importante es la acción, no buscar excusas, problemas o cualquier tipo de justificación que aplace la decisión de la acción.
La única forma de lograr incorporar un hábito a nuestra vida es repetir la acción tantas veces hasta que se vuelva automática, hasta interiorizarla dentro del repertorio de conductas habituales y automáticas y para esto se requiere de constancia y determinación.
Tecnología, IA y cambio de hábitos
La evolución y el desarrollo de la tecnología supone para todos un mayor acceso a la información y un acelerador social y de cambio individual. La tecnología puede ayudarnos a medir, dar seguimiento de la evolución de nuestros resultados y a reforzar la conducta, hayas o no conseguido los resultados que esperado te ayudará a y crear conductas positivas alrededor del esfuerzo que estás haciendo.
La mejor forma para saber si estamos avanzando es registrándolo mediante tablas de datos y/o gráficos, porque además podremos recordar todo lo que hemos hecho a lo largo del tiempo y nos ayudará a analizar la evolución de la ejecución y los resultados.
La tecnología y la inteligencia artificial cada vez están más presentes en nuestra vida, Con ella pretende que software con asistentes virtuales puedan dar feedback de nuestro comportamiento, de responder aún más rápido y darnos señales de cual nuestra situación conectados a la nube, esa gran caja negra que está cambiando nuestra forma de entender la realidad.
Apoyados en estos procesos, existen muchas aplicaciones que nos pueden ayudar a cambiar ofreciendo recordatorios y creando recompensas a través de nuestro Smartphone. Un ejemplo de estas utilidades son aplicaciones como HabitBull, Habits Traker, My Goals, Habit Tracker, Goal Traker & Habit List, entre otras, que te ayudan a objetivar y monitorizar la acción, con recordatorios y sistemas de incentivo y recompensa que favorecen un acompañamiento en el esfuerzo de cambiar los repertorios de comportamiento.
Un hábito consiste en un proceso automático que sigue una secuencia relativamente simple, que son muy simples pero totalmente poderosos:
- Primero aparece una señal que identifica el cerebro como un proceso automático que toca usar en ese momento.
- El segundo paso es la rutina, que puede ser física, mental o emocional y que es la acción, comportamiento o conducta resultado.
- Y en tercer lugar, está el reconocimiento o recompensa, que hará que el cerebro entienda que este comportamiento deberá ser recordado en el futuro para poder repetirlo.
Usualmente la señal que dispara los procesos automáticos o hábitos y la recompensa se entrelazan para crear un sentido de anticipación y anhelo de la actividad que se usa en la rutina. Es por esto que muchos hábitos no deseables son tan difíciles de romper, porque el cerebro siempre va a funcionar de la misma manera y no hay forma de escapar este bucle vicioso.
Los humanos tendemos a maximizar las acciones positivas que realizamos y a minimizar las negativas. Por ello, reforzar y celebrar los logros es fundamental para mejorar la autoeficacia y el autoconcepto. Aunque no lo parezca es importante, necesitas una recompensa positiva para volver a hacerlo.
“Muchas veces la gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñas”
Steve Jobs